¿Cómo vivimos las personas trans en República Dominicana?
Programa Derechos Humanos y Culturales

Participan Anlly Rodríguez, Alhan Gill, Sahira Pimentel
Entrada libre hasta completar aforo
En este conversatorio conoceremos la realidad que viven las personas trans en República Dominicana. ¿Cómo viven las personas trans en República Dominicana en lo laboral, personal, amoroso y su relación con la comunidad donde viven y se desarrollan? Descubriremos las realidades que viven las mujeres y hombres trans desde una perspectiva humana.
Sobre los panelistas:
Anlly Rodríguez Sommerg abogada, activista, filántropa y figura política nacida en el Municipio de Navarrete, Provincia Santiago, República Dominicana. Se ha destacado como defensora de los derechos humanos, especialmente de la población trans y LGBTIQ+ en el país, donde ha abierto caminos para la representación política de diversidad de género. Del 2005-2014 fue designada funcionaria pública en el Ayuntamiento de Navarrete, marcando la primera vez que una persona Trans ocupa un cargo institucional en el país. Fue la primera mujer trans en postularse en las primarias de un partido político dominicano (PLD) en 2019 y 2022, convirtiéndose en un referente histórico del activismo político inclusivo. También la primera Mujer Trans en Graduarse como abogada, miembro activa de la comunidad jurídica y los tribunales de la República Dominicana
Sahira Pimentel, mujer trans de 30 años que aprendió que la vida no se trata de esperar que pase la tormenta, sino de bailar bajo la lluvia. Nació y vive en la vibrante provincia de Dajabón, donde cada día reafirma que los sueños no tienen género, edad ni límites. Actualmente cursa la carrera de Imagen Médica y se desempeña como flebotomista, profesión que le permite acercarse a las personas desde el cuidado y la empatía. También es asistente de la encargada de administración del Mercado Don Ramón Flete, donde aprende que servir a la comunidad es también una forma de transformar el mundo. Es egresada de la Escuela de Liderazgo Político LGBTIQ y posee un diplomado en Medicina Forense en las Escenas del Crimen por la UASD. Su pasión por la criminología y la balística es el motor que le impulsa a seguir investigando, aprendiendo y soñando con aportar a un sistema más justo y humano. Su historia no es solo suya: es la de todas las personas que alguna vez sintieron que debían ocultar su esencia. Hoy camina con la frente en alto, demostrando que la autenticidad y la preparación son armas de cambio. Lema: “No vine a encajar, vine a brillar… porque mi verdad es mi mayor victoria.”
Alhan Gil. Nací en República Dominicana y el pasado 12 de marzo cumplí 35 años. Desde hace muchos años trabajó en una banca de lotería. Ese ha sido el camino laboral que, por las circunstancias de mi vida, he tenido que recorrer. Soy una persona aguerrida, con una profunda convicción por la justicia social. Me gradué como licenciado en Publicidad en la Universidad Católica Santo Domingo. Sin embargo, nunca he tenido la oportunidad de ejercer mi profesión. ¿La razón? La discriminación social que persiste en mi país, sumada a la falta de apoyo familiar y de la sociedad en general. Esa combinación me dejó con pocas opciones y me llevó a trabajar como rifero desde mi adolescencia hasta la adultez. Este camino forzado no solo me ha impedido crecer profesionalmente, sino que también ha generado un estancamiento económico y una dolorosa invisibilización dentro de la sociedad. Vivir esta realidad me llevó a atravesar una fuerte depresión, la cual he ido manejando con la guía y el consuelo de Dios. Hoy, no cuento con seguro de salud. Conseguir un trabajo digno ha sido una batalla cuesta arriba, siempre marcada por la falta de oportunidades que provoca la discriminación. Por eso, el objetivo de estas palabras es claro: quiero que las personas entiendan que somos seres humanos, con emociones, sueños y deseos de crecimiento como cualquier otra persona. Tenemos derecho a ser respetados, a recibir salud, educación, oportunidades y amor, sin importar si somos heterosexuales, cisgénero o cualquier otra identidad. También quiero que se visibilice lo traumático que resulta vivir en una sociedad que discrimina. Que se comprenda que el respeto y la igualdad no son privilegios, sino derechos universales.


